La Papa. Su historia y más...



Todos los historiadores que se dedican al estudio de la papa, están de acuerdo en que esta planta es originaria de América.
En lo que existe polémica, que posiblemente nunca se va a dilucidar, es en determinar que parte de este gran continente es su centro de origen. Otro motivo de discusión histórica–científica dice relación con la introducción de la papa a Europa.



A la llegada de los españoles, la papa existía como un cultivo desarrollado por los pueblos indígenas que habitaban Chiloé, al decir de los primeros cronistas con todas las apariencias de ser muy antiguo. En la memoria del pueblo chilote aun existe el recuerdo de papas silvestres que crecían a orillas de playas y de bosques.

Las primeras referencias de la presencia de la papa en Chile, esta en las cartas dirigidas al Monarca Carlos V por el Gobernador Capitán con Pedro de Valdivia (Zapater, H., 1973) quien dice "que los indios se alimentaban con papas que iban a recoger a las colinas".

La exploración del litoral chileno desde el puerto de Valdivia hasta el Estrecho de Magallanes, por dos navíos y un bergantín al mando del Capitán Juan de Ladrillero, es narrada en dos relaciones de los años 1558 y 1559. La del escribano Miguel de Goicueta y la del propio jefe de la expedición (Zapater, H., 1973).

foto_11.jpgEn ambos documentos la Isla Grande de Chiloé, y especialmente Ancud, atrajo la atención de la expedición y en una de sus partes dice: "de esta provincia de Ancud hay grandísima fama de su fertilidad, de mucha comida de maíz crecido e gran mazorca, papas e por otros quínoa....otro dato que proporciona es que protegían las tierras sembradas de papas con un cerco de cañas".

En 1614, el Maestre de Campo Don Alonso González de Najera en su crónica Desengaño y reparo de la guerra de Chile señala: "Nace en aquella tierra, la yerba que da raíces, que llaman los nuestros papas y los indios puñe, común sustento de todos los indios".

Fray Vázquez de Espinoza en su Compendio y descripción de las Indias Occidentales, escrita en 1628 o 1629, se encuentra la primera relación detallada del cultivo de la papa en América. Las referencias que hace van desde Quito a Ecuador, Perú, Alto Perú (Bolivia), Argentina, Paraguay y Chile, donde llega hasta la ciudad de Castro en la Isla Grande de Chiloé. Afirma en este trabajo: que las papas son mejores que las trufas, y esto es mucho decir para un español que está catalogando un "alimento de indios".

Alrededor del año 1670 el jesuita español Diego de Rosales en los manuscritos de su Historia de Chile anota "En Chiloé todo el mantenimiento de los naturales se reduce a unas raíces de la tierra, que se llaman papas... y de estas se siembran en gran cantidad para coger lo necesario y sirven de pan"

Vicente Carballo Goyeneche en su Descripción histórico Geográfica del Reino de Chile hace algunos alcances respecto de las variedades que tendrían los indios de estas papas, las hace alcanzar hasta treinta y agrega "con eso se lo pasan más del año, sin comer carne, porque los carneros los guardan para las fiestas, para cumplir con los parientes y de ordinario tienen tan poco ganado que no sufre tanto gasto. El ordinario comer las papas los araucanos es con un caldillo que hacen en agua y greda amarillas que se llama rag (Boldrini, 1989)

Alrededor del año 1750 El Maestre de campo don Pedro de Cordoba y Figueroa en su Historia de Chile "asegura que antes de la llegada de los españoles las plantas y frutos en los que se basaba la alimentación indígena eran las papas, los frejoles, el maíz, la quinoa, la teca, el ají, el ñadi, del que extraían aceite; añade que estos vegetales eran de cultivo y también de producción natural.

El Abate Molina 1782 al describir la papa de Chile dice "en efecto se produce en todos sus campos en forma espontánea y en gran número"


En 1836 el gran sabio Francés Claudio Gay recolectó en Chiloé 45 variedades de papas nativas siendo las principales:

Picumes ReinaPatiru – poñi
Pedanes Uquilda Cauchas
Lingues Voycañes Memichun
Niamcu Amarilla Soldado
Nanulues Latiga Quehuembaca
Coluna Huapa Maoudi
Caimoavidanes Chonas Mechay
Curavoana Liles Pachacon
Quethipoñi Rosas Vidoquin


Luego Agrega:
"En Chile se cría esta planta en los lugares los más salvajes, en los desiertos, en las islas, y en las cordilleras se halla a veces en tan gran abundancia que un ramo de ellas ha recibido de los indios el nombre de este tubérculo, es decir cordillera de los poñis (1). Unas cuantas veces, al tiempo de gran escasez, estos indios han tenido recurso a sus cosechas y lo mismo lo hicieron los hombres de Pincheira en las misma ocasiones. Por otra parte cuando se incendiaron las selvas vírgenes de en provecho de las colonias alemanas, de todas las plantas adventicias que salieron, de resulta de estos incendios, la papa fue una de la más común".


Al referirse a Chiloé dice:
"Aunque la tierra del Archipiélago sea de calidad inferior, por ser su temperatura suave y el clima húmedo, lo que conviene perfectamente al cultivo de las raíces, las papas vienen muy bien y constituyen el principal alimento de los habitantes. Los chilotes tienen cuidado plantar las variedades por separadamente porque no tienen todas el mismo aprecio. Las unas, como la patirupoñi, son amargas, de mal gusto y sirven solo para engordar los animales; otras, como la huapa, dan doble cosecha sembrándola dos veces al año, otras en fin son más o menos aptas a un buen cocimiento, o bien como la reina tienen lugar de pan asadas en rescoldo. Sin embargo con frecuencia se siembran muchas variedades juntas y se da entonces a esta siembra el nombre de chahuen. Por cierto un tal cultivo ha de crear otras muchas variedades, sobretodo si se deja la planta florecer y fructificar.

En 1926, el científico ruso JUZEPCZUK recorrió Chile estudiando y recogiendo especímenes en Santiago, Temuco y la Isla Grande de Chiloé. Es así como ese año tuvo sus primeros contactos con la papa chilota otro científico ruso y uno de los más grandes estudiosos de la papa chilota, S. Bukasov. Quién analizando el material chileno concluyó, después de estudios botánicos y fisiológicos que las papas chilotas presentaban un hábito de crecimiento y comportamiento fotoperiódico muy semejante a las variedades europeas. De allí postuló la teoría que la papa europea proviene de la papa chilota.





Poema "Oda a la Papa"

Pablo Neruda. Premio Nóbel de Literatura 1971.
Papa te llamas
papa
y no patata,
no naciste con barba,
no eres castellana:
eres oscura
como
nuestra piel,
somos indios.
Profunda
y suave eres,
pulpa pura, purísima
rosa blanca
enterrada,
floreces allá adentro
en la tierra
en tu lluviosa
tierra
originaria,
en las islas mojadas
de Chile tempestuoso,
en Chiloé marino,
en medio de la esmeralda que abre
su luz verde
sobre el austral océano.  


 
Pablo Neruda. Nuevas odas elementales.



Papas Nativas de Chiloé.
Un Patrimonio de la Humanidad.

Acá nos trasladamos a Chiloé, en una página Web llamada www.papasnativas.cl
de donde saqué el texto y las fotografías, esta página deben visitarla, para que vean y conozcan los origenes de nuestra papa.

HISTORIA

Entre las variedades recolectadas por Yusepczuk en Chiloé podemos mencionar las siguientes: Pachacoña, Quila, Pichuña, Mojón de gato, Pehuenche, Bastoneza, Chapera, Biscocha negra, Americana, Americana Blanca, Indiana, Bolera, Caballera, Chaped, Cebolla, Corahila, Rosada, Cauchao, Murta, Costa, Blanca, Maude, Reina, Maulluillas, Mantequilla Rosada, Cabra, Pillicume, Guapa, Araucana, Villarroela, Boliviana, Seda, Soldada, Francesa negra, Pedán, Lliñe, Australia, Huinco, California, Temprana, Pirihuaña.

O?Compley (1937) en su trabajo "Papa chilota – oro chilote – riqueza chilena" realiza una breve descripción de 54 variedades chilotas. Su finalidad fue promover el conocimiento de la riqueza de Chiloé en material de papas y la importancia que ésta tiene para su zona.

Alfonso Castronovo (1949) realiza una clasificación de 113 formas endémicas de papas recolectadas en Chiloé, reconoce la importancia de nuevas expediciones para evitar la pérdida de material que puede tener importancia futura. Entre las variedades que reconoce están las siguientes: Bastoneza, Azul, Andina, Blanca primeriza, Blanca redonda, Camota, Camotillas, Caribaja, Chapeda, Chaulineca, Chivato, Clavela, corahila, corahila importada, corahila larga antigua, corahila redonda, corahila rosada, Costa, Europea, Guaucha, Guapas, Guapo mocho, Guizcaña, Hualayhuanas, Huecas, Huevo, Huimco, Ligeras, Lujosa, Mantequilla, Michuña blanca, Michuña negra, Michuña rosada, Molles, Natalina, Negra Ñamcu, Oropana, Redonda pintada, Riñón, Rosada, Rosada primeriza, Siete semanas, Llaicaña.

En el año 1969, A. Contreras realiza un trabajo de clasificación de todo el material reunido hasta esa fecha en la Universidad Austral de Chile, sede Valdivia, estudiando 260 clones de los cuales reconoce 20 como originarios de Chiloé.

En 1977, Contreras, Negrón y Badilla, recogen 146 muestras de papas, recolectadas en la Isla Grande de Chiloé y Archipiélago de Los Chonos. Se determina que 26 de ellas corresponden a muestras de piel blanca, 35 a piel rosada, 30 a piel variegada y 55 a piel morada.

En el año 1989 el Centro de Educación y Tecnología (CET), Chiloé, inició la formación de un banco de papas chilotas en su sede de Notuco, Comuna de Chonchi. Este banco tiene en la actualidad alrededor de 200 accesiones de cultivares chilotes y un programa de trabajo con diversas comunidades de campesinos e indígenas chilotes destinado a salvaguardar este recurso, basándose en la comprensión y en la participación local en este proceso.
Más información, visitar: www.papasnativas.cl 


Los Mapuches y la papa.

papa_nativa_de_chilo_.jpg 

Los mapuche eran esencialmente agricultores.Sus conocimientos los habían adquirido de los indígenas peruanos que los convertían, según Vicuña Mackenna, en “colonos de primera utilidad”.
Poseían en ese entonces sementeras que denominaban cajis, y cultivaban maíz, porotosy papas, “tres producciones indígenas de América —agrega Vicuña Mackenna— y la última con especialidad de Chile, donde todavía crece salvaje.”

Sin embargo esta paternidad chilena nunca ha sido reconocida por los naturalistas europeos, quienes siguen atribuyendo su origen al Perú.

Existe una razón circunstancial para que así lo consideren, porque en 1524 Pedro Ciessa, compañero de Francisco Pizarro, llevó desde el Perú varios ejemplares de papa a España que, aunque no gustaron a los peninsulares, Felipe II las utilizó como “vigoroso alimento” para sus tropas acantonadas en Flandes. Los monjes de un hospicio en Sevilla adquirieron un cargamento para saciar el hambre de sus famélicos protegidos.

La curiosidad que despertó el exótico tubérculo motivó el envío de varias muestras al Papa, quien encargó que las analizara al botánico vienes Charles de L’Ecluse. Este calificó en 1588 el producto como “pequeña trufa” (tartufoli), que etiquetó Pappa peruviana, con lo cual adquiere a perpetuidad la equivocada nacionalidad peruana.

El abate Molina, sabio jesuita chileno, fue el primero, en el siglo XVIII, en proclamar la papa como auténticamente chilena.
A mediados del siglo pasado el naturalista francés Claudio Gay, con abundantes pruebas científicas, se encargó de confirmarlo.


Gay asevera, en un artículo publicado en El Araucano el 25 de junio de 1831, que los investigadores que afirmaron que la papa era peruana “se contentaron con hacer sus investigaciones solamente en los alrededores de las ciudades y dedujeron consecuencias generales de algunos hechos que no eran debidos más que a circunstancias locales y accidentales.
Una planta cultivada en abundancia, continúa Gay, puede fácilmente escaparse de los jardines como lo manifiestan ejemplos numerosos y para admitir esta suposición sería preciso probar su existencia no solamente en los alrededores de las campiñas, sino en esos lugares solitarios distantes de toda habitación y que sólo visitan aquellos a quienes un gusto decidido conduce al estudio y a la contemplación de la naturaleza.”
Siguiendo esa huella propia de investigadores “extremadamente escrupulosos”, el intrépido Gay se dio el trabajo tesonero y perseverante, que él califica de “placer”, de buscar la papa en estado salvaje, y logra localizarla “en muchos lugares incultos de las cercanías de Santiago y hasta al pie de la cordillera en la Dehesa”.

cultivo_de_papas_en_Chilo_.jpg

Pero no contento con ello, continuó sin descanso su labor investigadora, y “tuvo la dicha de encontrarla en el centro de las cordilleras de Colchagua, en la cumbre de esas rocas que sólo habitan las águilas y los buitres”, en el cajón de los Cipreses, el cual está rodeado de cerros tan inaccesibles que “es preciso ser botánico o geólogo para poderlos escalar.”
“¿Cómo han podido estas papas llegar a estas alturas, que mortal alguno habían visitado antes?”, se pregunta Gay. Y, aunque reconoce que la naturaleza “tiene medios propios para dispersar sus producciones”, afirma que la papa ha sido favorecida “permaneciendo siempre en el lugar que la ve nacer, sin alas ni instrumentos capaces de hacerlas salir de él”.
Termina afirmando que no sólo en el cajón de los Cipreses hay papas, sino “casi todas las cordilleras chilenas que he podido visitar me la han presentado en más o menos cantidad.”

Comentarios

Publicar un comentario