Cuando nos toca la nostalgia.


Reaparece nuestro amigo Enrique Muñoz Abarca, tiempo que no enviaba sus artículos que nos hacen reflexionar, sonreir, y ver que con otra mirada se puede llegar al conocimiento de la música y los sentimientos de cada cual (en este caso).

 Este artículo, está hecho para nosotros los adultos "bien" mayores, ya que la nostalgia es recurrente en el diario vivir nuestro, por actitudes de personas demasiado amables en estos tiempos (abrir una puerta a otra persona, ¡que tiempos aquellos!), en el cine (película cargada de recuerdos), y en la música con esos temas de juventud, que nos recuerda ese amor juvenil, o los amigos de ese entonces.

Los dejo con Enrique que se explaya con ganas (y nostalgia) en este artículo...



Cuando nos toca la nostalgia.

Nostalgia.
Ese sentimiento, mezcla de pena y alegría que nos toca cuando recordamos aquel tiempo que, consideramos, fue el más feliz de nuestra vida. Obviamente, se trata de una época que nuestra frágil memoria va alterando, cambiando, modificando, mejorando, hasta convertirla en una realidad ficticia. Es lo que queremos que hubiera sido, más allá de o que fue, en realidad. Es una tendencia absolutamente natural y todos, sin excepción, caemos en ella en alguna medida.

"Volver". Enrique Muñoz Abarca (también canta este amigo)


Por otra parte, la nostalgia aparece como un motivo universal y recurrente en muchos géneros de expresión artística. Un recuerdo, una vivencia lejana, un detalle, un sabor, un aroma, una frase nos puede llevar a la lejana infancia y luego ser expresada en una pintura, en una escultura, en una novela, en una canción, en un film o en una obra de teatro.

Dentro del género musical, pareciera que hay un forma que, en gran medida, ha monopolizado la nostalgia, y de manera magistral. Se trata del tango.
Si revisamos sus temáticas, veremos que es un motivo recurrente que nos da cuenta del barrio, del arrabal, del conventillo, de la pobreza, del cafetín, de la viejita santa, de los bailes, de la hombría y la guapeza para enfrentar la vida, de la lealtad, de la juventud, de una época que no vuelve, de un antiguo amor, de los muchachos de antes que no usaban gomina...

"La flor de la canela". Enrique Muñoz Abarca.


Y resulta particularmente curioso que la época de esas grandes nostalgias, fue en verdad una época muy dura, cuando Buenos Aires no era más que un campamento gigante, que recibía miles de inmigrantes en busca de mejor suerte, los cuales se acomodaban como podían. Era la vida del arrabal, círculo de miseria marginal que aguantaba mientras la ciudad llegaba lentamente a estructurar la fisonomía que hoy conocemos.

bandoneon_argentino.jpgPor tales razones, La Calesita hace sangrar las cosas, que fueron rosas un día. Por eso que el Barrio fue cuna de cantores, de taitas y entreveros. Por eso que el Sur tiene la pesadumbre del barrio que han cambiado y la amargura del tempo que murió.

Y los Tiempos Viejos dice que eran otros hombres, más hombres los nuestros.

Y ese Anclado en París piensa que quizás un día me encuentre la muerte y ¡chao Buenos Aires, no te vuelvo a ver!

O ese Viejo Rincón con su callejón de turbios caferatas que fueron taitas del bandoneón.
Y si se habla de cafetines, hay uno que es lo único que se pareció a mi vieja, y otro llamado La Humedad, al que se le agradece la poesía que la escuela de tus noches le enseñaron a mi vida.
O una Tinta Roja que pregunta ¿Dónde estará mi arrabal, quien se llevó mi niñez? ¿En qué rincón, luna mía, volcás como entonces tu clara alegría?

La lista puede ser interminable. No cabe duda, el tango ha hecho del canto al pasado un tratamiento magistral. Imágenes que, aunque no son nuestras, cuesta mucho no compartir.

Fotografías y música: 1) Xilografía Tango, grabado en madera, y los temas de Enrique Muñoz Abarca. 2) Bandoneón, de la web:  Ciudad Letralia, la metrópolis de las letras: http://www.letralia.com/  de un artículo, "Che bandoneón, se extingue el alma porteña" (nostalgia...)

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