Especial de Violeta. Parte 13. Otra mirada...



Seguimos con este "Especial de Violeta" que nos muestra a nuestra folclorista en distintas miradas, esta vez hojeando revistas antiguas, llegué e un escrito de Antonio Sarmeta (muy joven), el mismo de "Ardiente paciencia", donde novela a Neruda con un cartero y los amores de un joven de la zona, también en 1992 se popularizó con un programa de televisión que fue muy comentado y de muy buena factura, entretenido, simpático y todo esto comentando libros: "El Show de los Libros", se llamaba este programa de Televisión Nacional.



Los dejo con Antonio Skarmeta...

El espejo de Violeta Parra.
Antonio Skarmeta.

RARA VEZ en Chile puede hablarse de un acontecimiento editorial.

Algunos editores tienden a llenar con publicidad los aires que expiran, pero sus productos tempranamente saborean el gusto del olvido. Por eso, ahora que Pomaire, mediante la gestión de la Universidad Católica, planta las "Décimas", de Violeta Parra, esas 200 páginas de dolorosa maravilla, uno teme describir esta obra maestra con vocablos trajinados y sospechosos.

Pero este libro está a prueba de indiferencias. La rígida estructura en los versos del canto popular aparece dinamizada con un lenguaje en que el sonsonete no es una cárcel, sino el equilibrio elegante, culto, donde se ordena en arte superior una tormenta popular. Es el primer documento, la primera epopeya chilena que sistematiza el anárquico canto de sus payadores.

"Para cantar de improviso". Décimas. Violeta Parra.

Que transfigura en buen gusto y drama ese modo chileno de sentir la existencia que tiene tanto que ver con la fatalidad, la pobreza, !a incomprensión, el suspiro del amante despreciado, los palpitos de muerte, la ternura de reacción inmediata, el coraje del desposeído.
Todo esto en un libro donde las palabras se licúan o arrecian con el mismo ritmo de nuestros lugares geográficos:

"Misterios viví en Parral, / desdenes en Puerto Montt, / espantos en Concepción, / martirios en Chañara!, / inconveniencia en Taltal, / envidias en Pachacama, / pelambres en Atacama, / dolores en Casablanea, / engaños en Salamanca, / y pesadilla en Calama".

Un sentimiento antropológico de la muerte —un trato con ella que es casi una fagocitación— duele en el libro bajo variadas formas. Tal vez en la nostalgia del amor no correspondido, en los familiares cercenados, en la tristeza incierta que ronda como la sombra de un quiltro. El ceremonial de los pequeños muertos, los angelitos, revela cuan profundamente la muerte que Violeta Parra buscó la había llagado tantas veces.

"Muda, triste y pensativa". Décimas. Violeta Parra.

Sale de viaje a Europa y deja a su pequeñita de meses en medio de grandes aprehensiones. En Brasil ve a una negra con un pequeño y el pujo de madre animal se le derrama: "Le grito en un alarido: présteme su ángel dorado".
De vuelta a Chile su Rosita ha muerto. Su imaginería elegiaca está a la
altura de Manrique o de una campesina chillaneja. A la altura de la conmoción:

"Rosita se fue a los cielos, / igual que paloma blanca, / en una linda
potranca, / le apareció el ángel bueno, / le dijo: Dios en su seno, / niña,
te va a recibir, / las llaves te traigo aquí, / entremos al paraíso / que afuera llueve granizo, / pequeña flor de jazmín".

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Como todo producto auténtico, este libro tiene otra característica poderosa: rompe el corset de los géneros literarios. Léalo como le apriete: biografía de Violeta Parra, novela sentimental, novela picaresca, documento folklórico, meditaciones. Por cualquier lado es insumergible.

El género literario no es una horma. Violeta despedaza los esquemas para atraer a Chile a la interioridad de su emocionado delirio.
Pero claramente quedan establecidos aquí dos mundos. El de los proletarios que se reconocen en los cogollos, en las aguas de ríos, en sus desgracias, y el de los funcionarios gélidos, diplomáticos fantoches e inconscientes, médicos y políticos deshumanizados.

La voz que canta también fustiga. No es un libro de protesta por sus contenidos inmediatos. Es protesta porque la descripción del ser de un pueblo subdesarrollado pero culturalmente hecho es una forma de iracundia contra políticos y literatos que quieren enajenarlo.

"Pero, pensandolo bien". Décimas. Violeta Parra.

Curiosamente este texto pudo ser publicado gracias a una labor de pesquisa de mucha gente, de manuscritos que volaron desde Europa, de gastos de erudición y estampillas. Es un libro que a lo mejor jamás fue concebido para la publicación, que no hizo antesala en editoriales, donde probablemente hubiera sido tramitado en beneficio de dudosos mamotretos patrioteros o novelistas para el "Coppelia".

 Esto también signa un rasgo de la autora. Como la flor que la bautiza contuvo así la modestia. "Yo te conozco y te digo quién eres. ¡Oh, corderillo disfrazado de lobo!", le dijo su hermano Nicanor Parra.
Si no fuera cursi la comparación, habría que decir que éste es un libro espejo. Una honda superficie donde los chilenos podemos mirarnos nuestros verdaderos rostros.

Textos y fotografía de Antonio Skarmeta de Revista Ahora N° 13 del 13 de Julio de 1971.página 47.
 Ilustración de Violeta Parra, al inicio del artículo, del dibujante Nicolás Alegría.

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