Música Popular Chilena. Parte 14.



Siguiendo la Ruta de la Canción Popular Chilena, nos remitimos nuevamente a Juan Pablo González, de el libro "Música Popular Chilena 20 años", 1970-1990, varios autores. En su capítulo "Las Vertientes de la Música Popular Chilena".

Este libro de Juan Pablo González y varios autores, es un material de apoyo para los profesores de música , en particular, pero un material para los estudiosos de nuestras raíces y cultura tradicional. Debieramos hacernos de este libro, no debe faltar en nuestra biblioteca.




Seguimos.

Ya hemos pasado por escritos de folclore típico, nueva canción, música docta, etc. lo que hace entretenido (según este editor) el leer sobre nuestra música, pasaremos también, por nuestras orquestas bailables, la nueva ola chilena, y mucho más hasta llegar a nuestros días.

Aquí debo agradecer a un funcionario del Consejo de la Cultura, que me regaló un libro, que yo tenía que sacar de la Biblioteca del Metro, para transcribir los artículos para esta web. Esta persona no sabe que el libro cayó en buenas manos, ya que ahora todos tenemos la posibilidad de leerlo (a través de estas páginas), y dará continuidad a los escritos. Gracias.

Vamos con nuestra Parte 14 de Música Popular Chilena.

Herencia Latinoamericana.
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La música latinoamericana ha mantenido una presencia constante en Chile a lo largo del siglo veinte, especialmente entre las décadas de 1930 y 1960, como consecuencia del desarrollo de la industria musical en América Latina, de la aún incipiente influencia de la industria musical estadounidense en la región y de las necesidades expresivas de los propios músicos chilenos.






"En un rinconcito" - Bolero. Luis Barragán. Interpreta Lily Fuentes.


En este cancionero, se manifiestan temáticas y sensibilidades de una América rural y de una América urbana, que nos llega principalmente desde México, Argentina y Cuba. El cancionero latinoamericano rural más asentado en Chile hasta la década de 1950 estaba formado por rancheras y corridos mexicanos y por zambas argentinas, mientras que el cancionero urbano ha estado formado básicamente por tangos, boleros y baladas.


A éstos hay que agregar los bailes afro-americanos exportados por Cuba con la ayuda de Estados Unidos y México entre las décadas de 1930 y 1950, y la cumbia colombiana, masificada en Chile a partir de la década de 1960.

"Arroz con palitos", Orquesta Huambaly.



CANCIONERO RURAL.

La incorporación de música mexicana campesina a las producciones discográficas y cinematográficas mexicanas de la década de 1930, permitió su difusión masiva en América Latina, transformando a México en una de las potencias mundiales de la industria de la música en español. De este modo, la industria mexicana del espectáculo diseminó por América Latina el corrido, despojándolo de su función narrativa y caracter épico alcanzado en tiempos de la revolución.

El  pueblo  chileno   desarrolló  un  profundo amor por la música ranchera mexicana, identificándose con la temática rural imperante en ella. El deseo de la propia comunidad por tener esta música más cerca, fomentó la formación en Chile de solistas y conjuntos de estilo mariachi y norteño.

Este es el caso de Guadalupe del Carmen (1917-1987) y de cuartetos como Los Veracruzanos y Los Queretanos, activos en Chile durante la década de 1940, y Los Huastecos del Sur, activos hasta los años sesenta y considerados en su época como los mejores exponentes chilenos del "cancionero azteca".

"El Volantín", Guadalupe del Carmen.



 La zamba argentina, difundida en Chile durante los años cincuenta por músicos trasandinos como Antonio Tormo, Atahualpa Yupanqui, Los Chalchaleros y Los Fronterizos, tuvo repercusiones inesperadas en el país.

"Zamba para no morir", Los Fronterizos.



En efecto, junto con acercar al chileno al mundo expresivo del gaucho y de la pampa, contribuyó al desarrollo de la práctica musical aficionada en Chile, incrementando el repertorio de los jóvenes chilenos.

Con este repertorio, de gran riqueza armónica y melódica, se introdujo la guitarra folclórica argentina en el país. Algunos de los estudiantes que se amanecían cantando zambas en fiestas y fogatas playeras, fueron más tarde los fundadores de la Nueva Canción Chilena.

"Si somos americanos", Rolando Alarcón.



La Nueva Canción, encontró en el cancionero rural latinoamericano el sonido del pueblo americano con sus penas y alegrías, temáticas coincidentes que ponían en evidencia los hilos comunes de una vasta comunidad postergada y dividida. El sonido de la Nueva Canción surgió de un proceso de integración de influencias tales como la riqueza de la guitarra argentina, el sonido puro y cristalino de la música andina, la polifonía barroco-americana y el ritmo afroamericano.

Todo este sonido se plasmó bajo el convencimiento de que el proceso de cambios sociales en curso durante la década de 1960 era irrevocable.

Fotografías: 1) Portada del libro "Música Popular Chilena 20 años" . Investigadores como Juan Pablo González, Eduardo Carrasco, Jorge Coulon, Tito Escárate y Álvaro Godoy recorren dos décadas de música popular chilena desde un análisis de alcances amplios, con cuatro ejes principales: canción romántica, Nueva Canción Chilena, cantautores y rock. 2) Dibujo de Fiesta de los Collas, grabado. 3) Carátula disco LP de músicos cubanso decada del 40-50. 4) Texto de "Valentina", corrido mexicano.

Más boleros chilenos en: "Noche Callada".

(Ir a Música Popular Chilena. Parte 15)

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