Después del Combate Naval de Iquique. 1879.

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Esta es la segunda parte del Combate Naval de Iquique, donde recordaremos a dos grandes hombres de las marinas beligerantes en esos tiempos del 1879, el comandante Miguel Grau Seminario y el capitán Arturo Prat Chacón. Dos personas que honran a sus países, rivalizando en forma leal y como notables marinos, esperamos que nuestras diferencias siempre se diluciden en conversaciones y tratados que se cumplan, para no seguir constantemente en descalificaciones que hacen que dos países hermanos, se enemisten.
Vamos con...

Después del Combate Naval de Iquique. 1879.



 Después del combate de Iquique, el Huáscar con su inteligente comandante se dedicó a molestar los puertos chilenos, amenazar las líneas de comunicaciones y apoderarse de los transportes que se
enviaban al Norte, pero siempre atento para evitar el encuentro de nuestra escuadra. Y así bombardeó Antofagasta, Mejillones; se apoderó del transporte Rimac, que llevaba armas, municiones y el cuerpo de carabineros de Yungay.

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Las mil correrías del "Huáscar" daban al Perú el tiempo suficiente para armarse, fortificar Arica y concentrar tropas en Tarapacá. En Chile producen un descontento general. La dirección de la guerra se ve confusa.

La escuadra andaba perdida; ni el Gobierno, ni nadie sabía dónde estaba desde el 18 de mayo. El ejército que se preparaba en Antofagasta carecía de todo. Su jefe, el general Arteaga no era el hombre indicado: anciano, demasiado susceptible de su autoridad, quisquilloso. Se creía con inteligencia y preparación suficiente para no aceptar indicaciones de nadie, ni siquiera del Gobierno.

Como consecuencia de todo este malestar general, se operan algunos cambios en el ejército y en la marina. Galvarino Riveras fue nombrado jefe de la escuadra, y Juan José Latorre, comandante del Cochrane. Ministro de la Guerra en campaña, D. Rafael Sotomayor, jefe del Ejército, Erasmo Escala.

Dejáronse a un lado los bloqueos, se limpiaron los cascos de los buques, y por divisiones se lanzaron en persecución del Huáscar.

En la mañana del 8 de octubre pudieron darle caza frente a la Punta de Angamos —en Mejillones—. El valiente Grau murió despedazado por una granada del blindado Cochrane.
Con la caída del Huáscar, las otras naves peruanas huyeron a refugiarse bajo los fuertes de Arica o del Callao. Chile quedaba dueño del mar y se podrían iniciar las campañas terrestres.

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ALTOS HONORES PARA LOS RESTOS DE GRAU Y DE SUS COMPAÑEROS.

La muerte del Almirante Grau causó hondo pesar en nuestro país, que ha sabido hacer justicia a su carácter leal y levantado. Durante sus correrías procuró suprimir males innecesarios, que no tuvieran un fin de una positiva ventaja para la causa de su patria.

El Comandante Riveros se hizo eco del sentimiento de la Armada
consignando en el parte de batalla la siguiente declaración:

"La muerte del Contralmirante peruano don Miguel Grau ha sido muy sentida en esta Escuadra, cuyos jefes y oficiales hacían amplia justicia al patriotismo y al valor de aquel notable marino".

El Gobierno se asoció al duelo, y ordenó que los restos del Almirante y sus compañeros recibieran sepultura en el cementerio de Mejillones con todos los honores de ordenanza.
Presidieron las honras fúnebres el Ministro de Guerra en Campaña, don Rafael Sotomayor y el General en Jefe del Ejército, don Erasmo Escala. Les acompañaron el Jefe de Estado Mayor General Coronel don Emilio Sotomayor, el Comandante del batallón Chacabuco, don Domingo de Toro H., el Jefe de Zapadores, Teniente Coronel don Ricardo Santa Cruz, el Delegada de la Intendencia, General don Máximo R. Lira, los cirujanos Teodosio Martínez Ramos, Rafael Infante y Julio Gutiérrez, buen número de jefes de y oficiales del ejército y marina, y caracterizados vecinos de la localidad.

El Batallón Chacabuco Y Zapadores escoltaban los féretros, colocados sobre catafalcos de campaña adornados con trofeos de armas.
Se oficiaron tres misas de Réquiem, una por el Capellán Mayor don Florencio Fontecilla Y las otras dos por los capellanes Ruperto Marchant Pereyra y R.P. Madariaga.

Al depositarse los restos en las respectivas fosas, los batallones Chacabuco y Zapadores hicieron las descargas de ordenanza.

Francisco A. Machuca.
Las Cuatro Campañas de la Guerra del Pacífico.

NOTABLES CARTAS CAMBIADAS ENTRE EL COMANDANTE DEL HUÁSCAR Y LA SEÑORA VIUDA DEL CAPITÁN PRAT.

Miguel_Grau_Seminario.jpgMonitor "Huáscar" — Pisagua, junio 2 de 1879.

Dignísima señora:

Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a usted, y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar contribuya a aumentar el dolor que hoy justamente debe dominarla. En el combate naval del 21 próximo pasado que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilena su digno y valeroso esposo, el capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la Esmeralda, fue como usted no lo ignorará ya, victima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria.

Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso y triste deber de enviarle las para usted inestimables prendas que se encontraban en, su poder, y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún pequeño consuelo en medio de su desgracia, y por eso me he anticipado a remitírselas.
Reiterándole mis sentimientos de condolencia, logro, señora, la oportunidad para ofrecerle mis servicios, consideraciones y respeto con que me suscribo de usted, señora, muy afectísimo seguro servidor.

Miguel Grau.

Inventario de los objetos encontrados al capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la corbeta chilena "Esmeralda", momentos después de haber fallecido a bordo del monitor "Huáscar".

Una espada sin vaina, pero con sus respectivos tiros.
Un anillo de oro de matrimonio.
Un par de gemelos, dos botones de pechera de camisa, todo de nácar.
Tres copias fotográficas, una de su señora y las otras dos probablemente de sus niños.
Una reliquia del Corazón de Jesús, escapulario del Carmen y medalla de la Purísima.
Un par de guantes de Preville.
Un pañuelo de hilo blanco, sin marca.
Un libro Memorándum.
Una carta cerrada y con el siguiente sobre escrito:
"Señor J. Lassero. — Gobernación Marítima de Valparaíso.— Para entregar a don Lorenzo Paredes.

Al ancla, Iquique, mayo 21 de 1879.
El oficial de detalle.
P. Rodríguez Salazar.


Valparaíso, agosto 1° de 1879

carmela_carvajal_de_prat_1879.jpgSeñor Don Miguel Grau.
Distinguido señor:

Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del Huáscar en 2 de junio del corriente año. En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraron sobre la persona de mi Arturo, prendas para mí de un valor inestimable por ser, o consagradas por su afecto, como los retratos de familia, o consagrados por su martirio como la espada que lleva su adorado nombre.

Al proferir la palabra martirio no crea usted, señor, que sea mi intento
inculpar al jefe del Huáscar la muerte de mi esposo. Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe que, arrostrando el furor de innobles pasiones sobreexcitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, de asociarse a mi duelo y de poner muy en alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo, poniendo en mis manos una espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido jamás
vencida; un jefe semejante, un corazón tan noble se habría, estoy cierta, interpuesto a haberlo podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su patria como desastroso para mi corazón.

A este propósito, no puedo menos de expresar ;á usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.

Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente de usted atenta y afma. S. S.

Carmela Carvajal de Prat.

Fotografías: 1) Combate Naval de Iquique. 21 de mayo 1879. Foto de la web: http://www.mav.cl/ 2) Juan Jose Latorre Benavente. Comandante del Cochrane y vencedor de Angamos. 3) La recia figura de Miguel Grau Seminario, en el monumento que la ciudadanía peruana le ha erigido en Lima. Obra del escultor Victoria Macho. 4) Miguel Grau Seminario. 5) Carmela Carvajal Briones de Prat. De la web: http://chile-arturo-prat.blogspot.com/  

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