Recabarren, "Don Reca" en varios tiempos, Parte 4.



Parte 4, de "Don Reca en Varios Tiempos".


Continuamos con este interesante artículo de Iván Ljubetic V., profesor de Historia.
Texto que aparece en la Revista Araucaria Nº 35 del año 1986.

Para ustedes, escribe Iván Ljubetic V. 

En el invierno de 1956, cuando cumplía un año trabajando como profesor de historia en el Liceo de Nueva Imperial, una de las tres hermanas Jiménez que tenía como alumnas me dijo que su padre me invitaba a comer esa noche.

Me sorprendió el mensaje y el resto de la tarde lo pasé pensando cuál sería el motivo de ese gesto del vecino Jiménez.

El era un carabinero gordo y colorado, no estoy seguro si sargento o cabo, que tenía una numerosa familia y vivía casi al frente de la casa en que yo pagaba pensión. Cada vez que nos veíamos nos saludábamos amablemente, pero hasta entonces nunca habíamos cruzado una palabra.

 
Eran las 20 horas de una lluviosa noche invernal sureña cuado yo golpeaba la puerta. Vino a abrirme una de mis alumnas y pronto estábamos ya sentados todos a la mesa.
Conversamos del tiempo, del liceo, de los vecinos... Fue una velada muy agradable: sin formalidades, buena comida, un excelente vino, mucha simpatía.

Al término de la cena, la madre de mis alumnas tomó la guitarra y dijo que cantaría una canción muy antigua que me dedicaba a mí. Era un hermoso vals, cuya letra me emocionó.
Al terminar, la dueña de casa me explicó que esa canción, que yo nunca antes había escuchado, se la enseñó su padre, un trabajador del salitre, el cual a su vez la había aprendido de un gran dirigente obrero que la cantaba siempre luego de hablar en las concentraciones.

Ese dirigente, que, según el padre de ella, no tenía muy buena voz pero que cantaba con contagioso entusiasmo, se llamaba Luis Emilio Recabarren. En ese momento todos los Jiménez me hicieron un gesto de complicidad.

Entonces entendí el motivo de la invitación.
 
Veinte años después, viviendo en el exilio, encontré en un libro dedicado a Violeta Parra (Violeta del Pueblo) el texto de ese vals que me emocionó en una noche de junio, hace treinta años, en una aldea de la Frontera, ubicada en donde los ríos Cautín y Chol-Chol se unen para formar el Imperial:

"Cuando llegan las noches de invierno
los palacios de luces se llenan
y los pobres se mueren de pena
en sus casas sin lumbre ni pan. 

Y la cruel burguesía se ensaña
contra todos los trabajadores,
pero llegan ya tiempos mejores
y su crimen tendrán que pagar.

Es muy triste vivir
es terrible habitar
en la tierra de crueles burgueses
donde sólo se sabe explotar.

Si la plebe reclama derechos los burgueses
se niegan a dar
y los llevan con grillos a la cárcel
o los echan al fondo del mar. 

Yo quisiera mirar toda roja
una sola bandera en la tierra
y q'el hombre no fuera a la guerra
y q'el hombre no muera en prisión. 

Es muy lindo vivir
es muy lindo habitar
en un lindo país socialista
donde saben los hombres amar."

Cuando llegan las noches de invierno

Héctor "Indio" Pavez Casanova.



Hasta aquí "otro tiempo" de Don Reca... (Continuará).

En las fotografías: 1) y 2) Murales pintados por jóvenes de nuestra patria, donde aparecen Victor Jara, Violeta Parra. 3) Afiche en recuerdo de la matanza de la Escuela Santa María de Iquique.
Todas las fotografías pertenecen al portal de Luis Emilo Recabarren, donde encontrrán más información y otros murales. Foto inicial, escultura de Luis Emilio Recabarren en Plaza Almagro, con San Diego.

(Ir a Parte 5 Recabarren).

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