La Cueca de los Turuntuntunes.


El buscar temas interesantes y también traviesos, hace que uno acuda a la biblioteca y como en ella tengo tantos textos antiguos, como años tiene este editor...eligiendo encontré un libro de un autor que nos traerá el Santiago del Nuevo Extremo...
De acá (biblioteca), traigo a esta página a don Hermelo Arabena Williams, persona buena para relatar y muy entretenido, si le suenan los apellidos, su hermano René también ha sido invitado a estas página, con sus escritos relacionados con calles, conferencias que ha dado, etc. todas comentadas en un libro "Mosaicos históricos".


Pero hoy nuestra atención es con Hermelo Arabena Williams y su texto "Entre espadas y basquiñas", de editorial Zig Zag (esto de la editorial, más el título, muestran los años del texto en el...), pero del pasado nos nutrimos para pasar tranquilo con los temas de hoy, que son más competitivos y andan más apurados (todo está atrasado), y la vida se nos pasa por el lado, así estos textos son un "aro" para el espíritu y descanso a la mente...
Vamos con Hermelo.

LA CUECA DE LOS TURUNTUNTUNES.

Como se deleita el viento de nuestros campos con el virgen olor de las tortillas y las empanadas, así también el hombre del pueblo, buscavidas y amigo de las fiestas, gusta oír en cada reunión una tonada nueva y bailar siempre una cueca sabrosa y recién amasada...
Esto explica la variedad de nuestras canciones y de nuestras cuecas. No creemos pecar de ponderativos si, valiéndonos de un símil, afirmamos que los matices de "la nacional" son tan profusos e inagotables como las aventuras de nuestro bailarín amigo Pancho Falcato, terror de policías y dechado de cuatreros.

¡Oh, esta impetuosa, comunicativa y terrible "nacional"!

Inútilmente se ha querido reglamentarla, no sólo en cuanto a su acompañamiento musical y líquido, sino que también por lo que hace a las horas y sitios en que suele, cultivarse... ¡Si cada provincia, cada región, cada aldea, tienen sus características, su etiqueta y su estilo particulares para cuequear!
Unos de los matices más originales y menos conocidos -de nuestro baile bullanguero y popular por antonomasia, nos lo ofrece la cueca de los turuntuntunes (56). Oriunda de Carahue —bajo cuyos parrones campesinos brotaron las notas de su gracia por primera vez—, la cueca de que hablamos es bastante picaresca, por no decir un poquillo liviana y peligrosa- ¡Sirve para poner a prueba la cortedad de genio y largura de talle de los que la bailan!

Para decirlo de sopetón y sin rodeos: el galán que en ella se ejercita
debe irse aligerando, entre compás y compás, de sus prendas exteriores, en un loco movimiento de alegría que empieza por la corbata y suele terminar por... donde menos se piensa.
Pidamos al pregonero que todas las tardes asoma por la esquina del barrio unas hojitas de "yerba de la 'Cantora'' para hacer unos gorgoritos y, en seguida, entonemos la letra de esta cueca, tan ligera de vestidos como de lengua. según lo apreciará el lector regodeándose con estos asonantes:

"Hácele, José María,
hácele, José Vicente,
hácele gorrito azul
con ese calzón celeste.
Apunta Coché Púntete,
hácele Pancho Cañete;
hácele turuntuntún.
aunque la vida te cueste."

Pero, en cuanto a originalidad, la tan regocijada cueca de los turuntunturies no le va en zaga a esta otra "chilena" que, en versos dísticos, compuso don Pedro Segundo Rodríguez, treinta años atrás, ,en la ciudad de Valdivia. Es la cueca del "Dónde vas", cuyo coro no tenía precio en una fiesta, pues era interpretado por todos los asistentes, en medio de indescriptible algazara:

"¿Dónde vas con ese luto
a bailar con ese bruto;
dónde vas con el cencerro
a pasear con ese perro;
dónde vas con ese gancho
a cenar con ese chancho;
dónde vas con ese lazo
a bailar con ese guaso;
dónde vas con ese pingo
a bailar con 'ese gringo;
dónde vas con el pellejo
a dormir con ese viejo?"

Y así continúan los intencionados dísticos de esta cueca, cuyos versos quisiéramos, de buen grado, transcribir íntegramente, a no faltarnos gracia, tiempo y memoria- Y, a lo mejor, si lo intentáramos, nos perderíamos en el camino y nos podría suceder lo que al distraído que fue a Tunca, que se quedó allí y no regresó nunca...

(56) No existe esta voz, sin duda onomatopéyica, en nuestros glosarios. Zorobabel Rodríguez registra TURUTUTÚ y D. Miguel Luis Amunátegui Reyes ("Observaciones y enmiendas a un Diccionario, aplicables a otros") la voz TUNTURUNTÚN. Román exhibe TUNTÚN, que ha formado los modismos AL TUNTÚN y AL BUEN TUNTÚN, aceptados ya por la Academia; y agrega que Pereda escribió "al tunturuntún" ... quiero decir, empleó este giro en su magnifica y bien templada prosa.
¿Qué significa, entonces, este curioso modismo de "hacer turuntuntún"? ¿Equivaldrá, taI  vez, glosando los versos transcritos, a no dar tregua a la pareja en el baile o a cortejar de frente a una "prenda", aunque tenga dueño y "la vida le cueste" al cortejador?

Fotografía: Cueca en una Chingana.

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