El Cine en los años 50 , nuestra niñez. Historias de Barrios.



Este escrito es de otro de mis blog "Los Tiempos de la Radiolina", y lo traigo acá para recordar esos tiempos de niñez, para los "jóvenes de los años 50" (nacidos en 1940 y 1050), cuando no teníamos oportunidad de ir al cine (solo ibamos una vez al mes y ¡¡ con suerte !!).
Va esta historia de barrio, situada por el Barrio San Eugenio-Yarur, Población Pedro Montt de donde este editor es originario...espero la disfruten.

EL CINE DE LA PARROQUIA SAN GERARDO.


CINE PARROQUIAL DE LOS AÑOS 1950 EN ADELANTE, PARA NOSOTROS,
EL TEATRO SAN GERARDO, de la Iglesia del mismo nombre.




Más o menos por los años 1950 en adelante, nuestro párroco de aquel entonces, Monseñor Gerardo Pérez Valdés (el Padre Gerardo), consiguió para su parroquia tener un Cine (como en la película Cinema Paradiso, veanla por favor, la disfrutarán) y este cine funcionaba en el ala derecha del frontis de la iglesia, pero al fondo del sitio. Sus "butacas" eran unas bancas, al parecer eran las mismas que se ocupaban para el mes de María en las afueras de la iglesia.
La entrada a este cine, que no recordamos su nombre, pero todos lo teníamos bautizado como el cine de la Parroquia San Gerardo, era para todos los que participábamos en la iglesia en forma "gratuita", lo de gratuita no era tal, ya que había que juntar "puntos"(normalmente 2 puntos), para entrar al cine (no solo a Falabella o Almacenes París se le ocurrió lo de los puntos para canjes).



La obtención de estos puntos se daban cuando uno iba a misa o catecismo(días sábados), ya tenía ganado 1 punto, por lo tanto con dos domingos ya estabamos disfrutando del cine.
La mayoría de nosotros pertenecíamos al coro o a los Cruzados (con una banda, como los Presidentes, pero de colores blanco con amarillo), los que ayudábamos misa teníamos trato especial (las misas eran en latín, y debíamos responderle al cura, cuando decía una frase en la "consagración", además de tocar una campanilla, para que todos inclinaran la cabeza y se arrodillaran, en señal de humildad).
Casi la mayoría pasó por esta etapa y cumplió su ciclo en el coro, cuando era marginado de él por el cambio de voz (recuerden los Niños Cantores de Viena, eramos del Zanjón de la Aguada pero acompañábamos igual que los cantores de Viena), todos con vestidos largos, color blanco con encajes en la parte del vuelo.

La iglesia tenía sus normas, sobre todo para ingresar a los Cruzados, primero uno era novicio (solo con su ropa de calle), ya más adelante se sentaba como en la tercera fila, atrás de los cruzados (que ocupaban la 1º y 2º fila), ya después nos pasaban la banda oficial de los cruzados, todo esto acompañado de las idas a misa, enseñanza de la religión, etc.
Cuando eramos de los Cruzados, podíamos ayudar en misa (acólitos), preparar el altar, probar el vino y comerse una que otra hostia, cuando nos pillaban nos mandaban a confesar por tamaño pecado (2 Padre Nuestros y 5 Ave Marías), a veces eran muchos más (según el pecado, recordando ahora... ¡¡ puchas que eramos pecadores, por Dios !!). Quién confesaba era el Padre Gerardo, ya de edad usando su bastón, la confesión para las niñas era por los costados del confesionario y los niños por el frente, quedábamos arrodillados delante del cura y nos ponía el bastón en el cuello, pecado que decíamos...¡¡ coscorrón que nos llegaba !!, y no podíamos quitar la cabeza ya que el bastón actuaba como "garfio" alrededor de nuestro cuello.
También teníamos como misión tocar las campanas de la iglesia, era lo más entretenido para nosotros, aprendíamos acompañando al tocador oficial y así nos iban cambiando para que cada uno le tocara esta misión.
Ya de Cruzado y en el Coro, pasaba el tiempo y venía nuestro cambio de voz (con gallos de por medio), y pasábamos a otra etapa: llevador de la Cruz (el crucifico, que era una pértiga con un crucifico en la punta) y en primera fila, delante del grupo de los Cruzados que venían formados, en su ingreso a la iglesia. Y lo último, salias de los Cruzados y pasabas a civil-feligrés de inmediato, algunos pasaban a la Pre-JOC y la JOC ( juventud obrera católica) donde se hacía religión con los sindicatos o fábricas del sector.



En el cine, nos juntábamos todos los muchachos, niños y niñas a comentar y mirar a la niña que nos gustaba (hacíamos "ojitos"), y entrabamos al cine, a la parte de atrás que era "la galería", tal cual se ve en los circos pobres fabricados con tablones sobre un encatrado de fierro, pero ahí todo era madera.
Las películas que veíamos eran normalmente de Abbot y Costello contra la Momia, también de este dúo: Allá vienen los Tanques, Frankestein, Drácula, El hombre Lobo, y una cantidad de seriales: Fu Man Chú, Chazaman, El látigo del Zorro, El hombre invisible, muchas de acción y también románticas (pero uno no se recuerda de ellas porque le gustaban las de vaqueros e indios).
Una película El Pájaro azul y Atila, el rey de los Unos, Francisco Muñoz colaborador nuestro recuerda una secuencia en que Atila quería mirar al horizonte, ordenó a sus soldados que hicieran un cerro con sus cuerpos y él se subió a caballo arriba de todos, para mirar si venía el enemigo. Todavía esta impresionado Pancho, con esta secuencia (efectos especiales totales).
De vez en cuando no faltaban los "pelusas", que gritaban ¡¡ fuego !! y tiraban un pedazo de película envuelta en papel (que echaba bastante humo) y quedaba la arrancadera de personas, ahí encendían la luz y salía el Padre Gerardo, retaba al montón de niños (normalmente les tocaba a la galería) y seguía la función.
Ya en el intermedio, salíamos afuera donde había un local donde se vendía Granadina, en unas cañas (nunca más probé ese sabor, las granadinas de hoy no tienen el"sabor a niñez"), la encontrábamos lo mejor de lo mejor, y a esto, cuando podíamos, agregábamos un Berlín con harta azúcar flor.

Entrabamos a la segunda parte de la función, aquí se ponía bueno, ya que venían las "seriales", aparecía el "jovencito"y la gritadera de niños diciendo- ¡¡ JOOVEN !!, aparecía la protagonista y gritabamos- ¡¡ NIÑA !!. Aparecía el bandido de la película - ¡¡ MAALO !!. La secuencia final de todas estas series era que el jovencito, se caía a un precipicio (iba en una carreta con los caballos desbocados) y ponían el letrero de CONTINUARÁ...
En el próximo capítulo, se veía que el jovencito antes de caer al precipicio, laceaba un árbol que había cerca y quedaba colgando, salvándose con su sombrero puesto y sin ningún rasguño.
Sucedía a veces que la película se cortaba y se ponía la pantalla blanca (solo la luz se proyectaba) y ahí la "gritadera" era grande, chiflidos, zapateos en el suelo y los gritos de "¡¡¡ Ya pos cojo, arregla la película !!! , en estas tardes de cine (matinée) daban 2 películas y 2 seriales. La familia completa iba a estos espectáculos, ya que el otro cine quedaba lejos (el Blanco Encalada), pero ya esto es otra historia.
"As time goes by", Max Steiner de película Casablanca.

Próximos capítulos de Los Cines: Cine Septiembre, Cine Blanco Encalada y otros.

Colaboradores en esta sección con los títulos que ellos vieron en el Cine San Gerardo: Francisco Muñoz, Hugo Arias y Jaime Hidalgo.

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