Amador Cárdenas Paredes por Marcos Acevedo Encina. Chilhué.


 Con mucha alegría y esperando que estos aportes sigan en el tiempo, acogemos a nuestro amigo Marcos Acevedo Encina, director del Grupo Chilhué, con una larga trayectoria entregando un gran aporte a nuestro folclore, la música, la coreografía, la puesta en escena que aporta a la música y a la danza, no olvidando sus raíces.




Tiempo atrás para homenajear en sus 33 años de edad al Grupo Chilhué escribí: "Julio, mes de bajas temperaturas, de vez en cuando lluvias, pero también de mucho folclore, hace mucho tiempo que no se veía tanta actividad al alero de nuestras costumbres y tradiciones... etc.", hoy Febrero con altas temperaturas, siguen las actividades folclóricas como en sus mejores tiempos y para "complementar" esto, nuestro amigo Marcos Acevedo Encina nos envía este escrito relacionado con un maestro de nuestro folclore chilote, los dejo con el escrito de Marcos...

AMADOR CÁRDENAS PAREDES
“Llegó volando en su macuñ”
Marcos Acevedo Encina
Chilhué.

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Uno de los tantos días de lluvia y neblina de Chiloé, navegando sobre las nubes de un febrero del 81, anclamos nuestra dalca en Achao. Íbamos en búsqueda de la leyenda, al encuentro con uno de los maestros fundamentales en nuestros inicios formativos como compañía de canto, danza y música: Amador Cárdenas Paredes.

En ese primer viaje a las islas mágicas de Chilhué, junto a 12 compañeros y compañeras, uno de mis objetivos como fundador de esta compañía, era llegar a conocer al Maestro Amador.

Había oído hablar de él en múltiples oportunidades y en esta búsqueda de los pequeños-grandes secretos sobre la danza en Chiloé, uno de los nombres frecuentes que aparecían en las conversaciones, era el de Amador.

En ese tiempo, el Chilhué era una copia de la grandiosa y enorme gestión artística del genial y bello trabajo del Chamal. Me propuse, por medio de este viaje al conocimiento iniciático, soltar esta marca y buscar en los orígenes y sabiduría de los cantores y bailarines populares de las islas, la impronta del Chilhué, y uno de ellos fue el Maestro volador y hechicero.

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Volando llegamos a Achao esa mañana brumosa de lluvias y de neblina caleuchescas. Fuimos instalados en un colegio, gracias a una gestión de Megan Watkins, madre de una de mis profesoras en la Universidad de Chile: Florencia Barrientos Watkins, quienes nos habían recibido días antes en Castro.

Ellas, profesoras de tomo y lomo, nos hicieron cartas de recomendación para entrar desde allí a los territorios en los cuales íbamos a situar nuestras primeras investigaciones.

Así y todo dispuesto fue el primer encuentro con Amador…
Amador nació en la isla de Lin Lin en el año 1931, el 26 de Julio. Tenía entonces Amador 50 años cuando nos juntamos por primera vez.

Concertamos la cita en una hora fluctuante entre el almuerzo y la once. Cuando llegó quedé impactado con su presencia, venía envuelto en su amado poncho chilote de lana de oveja, colores blancos, plomos y negros…entró a la sala como volando en su macuñ de hechicero taumaturgo del archipiélago. Serio, muy serio, casi desconfiado, con una mirada de ojos casi negros muy profunda y misteriosa, que producía inevitablemente, cierto temor.

En 3 o 4 días de reunirnos y trabajar junto a él y su a compañera Viviana Álvarez, aprendimos uno de los fundamentos y esencias que hoy sustenta el Chilhué en parte de su extenso repertorio de danzas tradicionales de la Isla.

La mano, la voz, el pañuelo, el color, el paso, el desplazamiento, el timbre, la mixtura, lo sabroso del cante, y digo cante porque allí hubo mucho de ello, de cante jondo de Amador que me hace recordar hoy al famoso cantaor, Camarón de la Isla.

Lo español y lo huilliche en simbiosis total, tremenda, casi aterradoramente genial. Rigurosidad en la solicitud de respetar lo que estábamos aprendiendo, la forma, el estilo y el carácter de algo que viene de más allá del tiempo, algo que viene cargado de mensajes y significados esenciales.

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Aprendí y aprendimos: El chocolate; La sirilla; La escoba; El cielito; El rin con órdenes; La pericona; cuecas y más cuecas.

Este fue el primero de múltiples encuentros de aprendizaje, cariño y amistad profunda, que duro hasta que el Maestro decidió irse volando con su poncho-macuñ a los cielos de Chiloé. Un grande que la historia se encargará de valorar y considerar… nosotros lo hacemos cada vez que subimos a un escenario, sé que esta por ahí en una butaca, en una silla o en un rincón oscuro, sonriendo orgulloso y tranquilo porque su trabajo está en buenas manos.

Amador Humberto Cárdenas Paredes (Linlín, 26 de julio de 1931 - Quellón, 8 de diciembre de 2003) fue un folclorista, compositor, recopilador y cantante chileno de origen chilote más conocido por su trabajo tendiente a preservar la cultura chilota y huilliche. En 2000 recibió el Premio Nacional a la música chilena.

Marcos Acevedo Encina.

En las fotografías: 1) Amador Cárdenas Paredes, en una actuación. 2) Marcos Acevedo Encina, director del Grupo Chilhué, autor de este escrito. 3) Amador Cárdenas Paredes, a los 72 años falleció Amador, en Quellón. 4) Una presentación del Grupo Chilhué.

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