Violeta en Cuba. Parte 18 de Violeta Parra.

Por esos años de 1971, un 14 de diciembre, aparece publicada en la desaparecida Revista Ahora Nº 35 Año I, editada por Empresa Editora Nacional Quimantú Ltda. el artículo que a continuación leerán, relacionado con nuestra Violeta Parra que hoy 4 de Octubre de 2017, cumpliría 100 años, que en todo Chile estamos conmemorando.


                                       Los Parra 1964 1965 oleo sobre madera aglomerada.

Folklore
Violeta en Cuba.

NACIERON durante una larga enfermedad de Violeta Parra (arpillera, lana de colores, una aguja lonera y mucha paciencia). Los funcionarios de siempre —hoy están en primera fila en cuanto homenaje a Violeta se programa— comentaron socarrones: "Ahora se las da de pintora".


 

Después, claro, triunfaron en el Louvre y hasta algún playboy las compró y las pagó muy bien. Pero en Chile, naranjas. Nicanor Parra las ingresó al país enrolladas como gangocho, disimuladas en su maleta.

Y de pronto vino el boom. "Qué cosa más linda, niña", o "yo siempre lo dije, Violeta era algo naif". Y que el ingenuisrno y la cacha de la espada. Gloria, incienso y esplendor durante la apoteosis celebrada por la Vicerrectoría de Comunicaciones de la UC, dos años atrás.

Y hace pocas semanas, el último sarcasmo. La embajada de Cuba debió pagar derechos, llenar formularios, hacer declaraciones juradas. Las arpilleras, los saquitos bordados con lana son... patrimonio nacional. ¡A gritos se habrá reído Violeta en alguna parte!


Durante los últimos meses Cuba ha descubierto a Violeta Parra. Haydée Santa María escuchó un día una grabación. Y desde entonces —como a tantos— se le inició la vocación parriana. Juntó discos, habló con Ángel e Isabel, reunió documentos, conoció las décimas, vio fotografías. Resultado: había que difundir a Violeta. La puntada final la dio el propio Fidel. Escuchó a la "Isabelítica raquítica" y, a través de ella, a la Viola volcánica. Cuba estaba en víspera de ser conquistada.

Se organizó la exposición de Violeta en La Habana, en la sala de Casa de las Américas. La propia Isabel viajó a la isla y las arpilleras —que estaban en casa del tío Nicanor— son admiradas en estos días por miles de cubanos, que admiran postumamente a la gran artista.

No es solamente una exposición de las arpilleras (las mismas que vimos acá en la Universidad Católica). Simultáneamente se editó, en una tirada de diez mil ejemplares, el libro de las décimas y un larga duración que incluye las mejores composiciones de Violeta. Durante el primer período de la exposición Isabel Parra y otros artistas cubanos dieron   recitales   con   música   de  la folklorista chilena.

Ya de regreso en Santiago, Isabel explicó algunas características de la exposición:
—La acogida popular y periodística ha sido extraordinaria. Las arpilleras fueron desmontadas y se les colocaron dos barras horizontales para poder extenderlas. El público acude en gran cantidad y las emisoras difunden música de la Violeta a todas horas del dia. Para los cubanos ha sido una especie de descubrimiento de Violeta.

La múltiple personalidad de Violeta Parra, rebelde y explosiva, se ajusta a muchas características vitales del proceso revolucionario cubano. En el plano cultural, además, la obra de la artista chilena proyecta contactos entre ambos países y aporta un caudal considerable a la cultura popular latinoamericana.

De regreso a Chile, las arpilleras serán expuestas en la Universidad Técnica del Estado, para que, una vez más, los santiaguinos tengan la oportunidad de conocerlas y apreciarlas.


Pero el proyecto más definitivo es la creación de un Museo de Violeta Parra, que contendrá no solamente sus creaciones plásticas, sino también instrumentos, artesanías, cartas,  originales, poemas y todas las manifestaciones múltiples de esa gran mujer que es Violeta. Para habilitarlo, Ángel  e Isabel  adquirieron la  casa contigua a la Peña de los Parra (en Carmen 340). La unirán a la peña y ahí instalarán el Museo.


  Las arpilleras terminarán así su azarosa existencia, convertidas ahora en patrimonio artístico nacional.
En buena hora. De hecho siempre fueron parte del verdadero patrimonio de Chile.

FERNANDO BARRAZA.
Revista Ahora año 1971. 

Fotografías:  1) Los Parra 1964-1965 Óleo sobre madera aglomerada. 2) Afiche de la Ruta de Violeta Parra. 3) y 4) Salas del Museo de Violeta Parra. Todas las fotografías pertenecen a la Fundación Violeta Parra.

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